Alguien con una buena inteligencia emocional sabrá reconocer
qué es lo que quiere en su vida y cómo conseguirlo, podrá resolver la ansiedad, sabrá
pedir ayuda cuando la necesita, sabrá
disfrutar del presente, será capaz de gestionar una emoción negativa para
que no influya en sus decisiones, será capaz de elegir cómo le hacen sentir los
demás, de aceptar la incertidumbre y aprender a sentirse bien en ella, de
expresarse y poner límites a los demás, de recuperarse cuando algo le hace daño, de animarse a sí
mismo cuando las cosas no vayan bien, etc.
Es por todas estas razones que se debería de trabajar con el alumnado en el aula la inteligencia emocional, de manera que sepan controlar sus emociones, se conozcan a ellos mismos y sepan actuar correctamente en cada situación para que puedan ser exitosos en sus vidas. A continuación, os dejo el enlace al artículo que redacté hace unas semanas sobre este tema, el cual me parece bastante importante:
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