jueves, 21 de mayo de 2020

Flipped Learning

Con el paso del tiempo, es indudable que la sociedad continúa avanzando, por lo que la escuela ya no puede seguir siendo lo que era antes, y el aprendizaje tampoco. Hasta hace unos años, en el centro educativo el profesor era concebido como un transmisor de conocimientos que los alumnos tenían que registrar, de modo que actúan como sujetos pacientes. Sin embargo, actualmente, se utilizan metodologías activas mediante las cuales los alumnos construyen su propio aprendizaje.


Una de esas metodologías activas empleadas es el denominado ‘Flipped learning’, el cual hace que el aprendizaje de cada estudiante sea personalizado, para ayudarle a asumir el peso y la responsabilidad de su propio progreso y desarrollo personal. De esta manera, se promueve un aprendizaje más profundo, flexible y creativo, de modo que el profesor se convierte en guía en el itinerario de cada alumno hacia el logro de sus metas. Así, docentes y alumnado se convierten en aliados en una aventura conjunta y el profesor no tiene que enseñar, sino lograr que sus alumnos aprendan.

Por otro lado, debemos de saber que, mediante la aplicación de este modelo pedagógico, se consiguen en el alumnado diferentes características como el establecimiento de una cultura dinámica y colaborativa donde se elaboran diferentes experiencias y estrategias de aprendizaje. Con respecto al progreso y ritmo de aprendizaje, en lugar de avanzar al ritmo del profesor independientemente del nivel de dominio alcanzado, se establece un apoyo para alcanzar los niveles de dominio superiores relacionando conceptos. De manera que la sesión se convierte en un espacio flexible para la realización de tareas concretas que permitan una mayor profundización en los conceptos.

A continuación os dejo un vídeo sobre las opiniones de unos alumnos de 4º ESO tras haber recibido la metodología Flipped Classroom:


¿Pero, cómo se lleva a cabo esta metodología?
En primer lugar, debemos de saber que el profesor es el que planifica las metas educativas, las situaciones de aprendizaje y el procedimiento de evaluación. El modelo ‘Flipped learning’ requiere un alto grado de planificación de la instrucción, dando lugar a cuatro fases: preparación y diseño de instrucción, donde se pone de manifiesto la creatividad del docente: antes de la clase presencial, durante la sesión de clase, y después de la clase.

Es por ello, que antes de la sesión de la asignatura determinada, el docente se encargará de formular objetivos de aprendizaje de la instrucción directa, preparar el contenido, elegir la plataforma para la recogida de feedback y analizar la información de los alumnos sobre lo aprendido. Es importante destacar que en ciencias sociales disponemos de numerosos recursos abiertos que permiten acceder a contenidos de calidad, como el Proyecto EDIA de Procomún.

En segundo lugar, durante la clase, el profesor formulará objetivos de aprendizaje, preparará las técnicas didácticas y actividades para profundizar en los conceptos y recogerá la información sobre el aprendizaje. Se tienen que proponer aulas versátiles en las que el profesor pueda recoger el progreso de sus alumnos y obtener un feedback inmediato de lo que el alumnado está realizando si se emplean diferentes herramientas tecnológicas.

En tercer lugar, después de la clase, el docente formulará objetivos de aprendizaje para la reflexión y estudio posterior, propondrá técnicas para la relación y profundidad de los conceptos, propondrá espacios de seguimiento como foros o redes, recogerá información sobre el aprendizaje y elegirá la herramienta de recogida de información sistemática para identificar el progreso de aprendizaje. Si contemplamos la evaluación como un proceso para el aprendizaje, debe estar presente permanentemente. Por lo tanto, todas las situaciones de aprendizaje, las tareas, actividades, etc., generadas en el aula deben ser espacios para recoger evidencias sobre el progreso de aprendizaje de los alumnos.

A continuación os dejo un vídeo sobre un profesor que lo llevó a cabo en el aula y va explicando poco a poco cómo hacerlo:



¿Este modelo se puede usar en todas las asignaturas?
Creo que debemos de tener cuidado con qué asignaturas utilizamos ‘Flipped learning’. Esto se debe a que hay algunas como Matemáticas en las que si determinados contenidos se enseñan de esta manera será muy costoso para los alumnos. Por lo general, esta asignatura es una de las más complejas de comprender en determinados momentos por el alumnado, por lo que intentar que vayan aprendiendo solos puede resultar algo complejo y frustrante.

Sin embargo, la metodología ‘Flipped Classroom’ me parece muy interesante para asignaturas como Ciencias Sociales o Lengua Castellana y Literatura, en las que los alumnos pueden aprender los conceptos más teóricos de manera divertida y fomentando su creatividad. Además, me gusta mucho el hecho de que los docentes vayan recibiendo un feedback de los alumnos mediante las diferentes plataformas que dejan a su disposición porque de esta manera, se podrá realizar una clase en la que se vean conceptos de manera adaptada a las necesidades del alumnado, sin pasar por alto contenido que es de gran importancia.
En conclusión, he de decir que el ‘Flipped learning’ es una de las metodologías que más interesante me parece y si somos capaces de implantarla de manera correcta, con objetivos de aprendizaje valiosos, los alumnos aprenderán más de lo que podemos imaginar. 


¡¡Animo a todos los docentes a poder utilizar este recurso didáctico tan motivador en sus aulas!!




Bibliografía:
  • Tourón, J. y Martín, D. (2018). Flipped learning y el aprendizaje: ¿otra moda pedagógica? Didáctica  de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 90, 7-14.

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