Una
de esas metodologías activas empleadas es el denominado ‘Flipped learning’, el cual hace que el aprendizaje de cada estudiante sea personalizado, para ayudarle a asumir el peso y la responsabilidad
de su propio progreso y desarrollo personal. De esta manera, se promueve un
aprendizaje más profundo, flexible y creativo, de modo que el profesor se convierte en guía en el itinerario de cada alumno
hacia el logro de sus metas. Así,
docentes y alumnado se convierten en aliados en una aventura conjunta y el profesor no tiene que enseñar, sino lograr
que sus alumnos aprendan.
Por
otro lado, debemos de saber que, mediante la aplicación de este modelo
pedagógico, se consiguen en el alumnado diferentes características como el establecimiento de una cultura dinámica y colaborativa donde se elaboran diferentes
experiencias y estrategias de aprendizaje. Con respecto al progreso y ritmo de
aprendizaje, en lugar de avanzar al ritmo del profesor independientemente del
nivel de dominio alcanzado, se establece un apoyo para alcanzar los niveles de dominio superiores relacionando
conceptos. De manera que la sesión se convierte en un espacio flexible para la realización de tareas concretas que
permitan una mayor profundización en los conceptos.
A continuación os dejo un vídeo sobre las opiniones de unos alumnos de 4º ESO tras haber recibido la metodología Flipped Classroom:
¿Pero, cómo se lleva a cabo esta
metodología?
En
primer lugar, debemos de saber que el profesor es el que planifica las metas educativas, las situaciones de aprendizaje y el
procedimiento de evaluación. El modelo ‘Flipped learning’ requiere un alto grado de planificación de la
instrucción, dando lugar a cuatro fases: preparación y diseño de instrucción,
donde se pone de manifiesto la creatividad
del docente: antes de la clase presencial, durante la sesión de clase, y
después de la clase.
Es
por ello, que antes de la sesión de la asignatura determinada, el
docente se encargará de formular
objetivos de aprendizaje de la instrucción directa, preparar el contenido, elegir
la plataforma para la recogida de feedback y analizar la información de los alumnos sobre lo aprendido. Es importante
destacar que en ciencias sociales
disponemos de numerosos recursos abiertos que permiten acceder a contenidos
de calidad, como el Proyecto EDIA de Procomún.
En
segundo lugar, durante la clase, el profesor formulará objetivos de aprendizaje, preparará las técnicas didácticas y actividades para profundizar en
los conceptos y recogerá la
información sobre el aprendizaje. Se tienen que proponer aulas versátiles en las que el profesor pueda recoger el progreso de sus alumnos y obtener un feedback inmediato
de lo que el alumnado está realizando si se emplean diferentes herramientas
tecnológicas.
En
tercer lugar, después de la clase, el docente formulará objetivos de aprendizaje para la reflexión y estudio posterior,
propondrá técnicas para la relación
y profundidad de los conceptos, propondrá espacios
de seguimiento como foros o redes, recogerá
información sobre el aprendizaje y elegirá
la herramienta de recogida de información sistemática para identificar el
progreso de aprendizaje. Si contemplamos la evaluación como un proceso para el aprendizaje, debe estar presente permanentemente. Por lo tanto,
todas las situaciones de aprendizaje, las tareas, actividades, etc., generadas
en el aula deben ser espacios para recoger evidencias
sobre el progreso de aprendizaje
de los alumnos.
A continuación os dejo un vídeo sobre un profesor que lo llevó a cabo en el aula y va explicando poco a poco cómo hacerlo:
¿Este modelo se puede usar en todas las asignaturas?
Creo que debemos de tener cuidado con qué asignaturas utilizamos ‘Flipped learning’.
Esto se debe a que hay algunas como Matemáticas
en las que si determinados contenidos se enseñan de esta manera será muy
costoso para los alumnos. Por lo general, esta asignatura es una de las más complejas
de comprender en determinados momentos por el alumnado, por lo que intentar que
vayan aprendiendo solos puede
resultar algo complejo y frustrante.
Sin
embargo, la metodología ‘Flipped Classroom’ me parece muy interesante para asignaturas como Ciencias Sociales o
Lengua Castellana y Literatura, en las que los alumnos pueden aprender los
conceptos más teóricos de manera
divertida y fomentando su creatividad.
Además, me gusta mucho el hecho de que los docentes vayan recibiendo un feedback de los alumnos mediante las
diferentes plataformas que dejan a su disposición porque de esta manera, se
podrá realizar una clase en la que se vean conceptos de manera adaptada a las necesidades del alumnado, sin pasar por alto
contenido que es de gran importancia.
En
conclusión, he de decir que el ‘Flipped learning’ es
una de las metodologías que más
interesante me parece y si somos capaces de implantarla de manera correcta, con objetivos de
aprendizaje valiosos, los alumnos aprenderán más de lo que podemos imaginar.
¡¡Animo a todos los
docentes a poder utilizar este recurso didáctico tan motivador en sus
aulas!!
Bibliografía:
- Tourón, J. y Martín, D. (2018). Flipped learning y el aprendizaje: ¿otra moda pedagógica? Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 90, 7-14.
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