La
realidad no es algo fácil de definir debido a que se va construyendo. La
construcción de la realidad más comúnmente aceptada descansa en la idea de que
el mundo no puede ser caótico, no porque tengamos pruebas de esa idea sino
porque semejante mundo resultaría intolerable. Sin
embargo, la realidad puede ser percibida de diferentes formas en función de la experiencia
o rasgos que tenga cada persona. Un ejemplo de ello es una persona que presenta
algún trastorno psicológico o que le impida la correcta visualización del
mundo que le rodea. Va a percibir una realidad distorsionada y distinta a la que percibimos el
resto de personas.
Entre
las múltiples realidades que existen, hay una que se presenta como la realidad
por excelencia, llamada la realidad de la vida cotidiana, la cual se impone
sobre la conciencia de manera masiva. Los fenómenos de esta realidad se
presentan dispuestos de antemano en diferentes pautas, usando un lenguaje que
establece un determinado orden. Por ejemplo: vivimos en un lugar que tiene un nombre
geográfico, utilizamos herramientas que ya tenían un nombre concreto, etc.
Por otro lado, la
experiencia más importante de la realidad de la vida cotidiana, es la
interacción ''cara a cara'' con los demás, ya que esta situación es
completamente real. Es cierto que la otra persona puede ser real para nosotros sin
que hayamos tratado ‘’cara a cara’’ con ella, pero esa realidad no se hace cierta hasta que de verdad podemos ver a la otra persona ‘’cara a cara’’.
Lo
mismo ocurre con los diferentes comportamientos y normas establecidas en la
sociedad, las cuales construyen una realidad que ha sido creada y modificada
poco a poco con el paso del tiempo. Dentro de unos años, existirán nuevas
normas que probablemente hoy día nos parecerían extrañas y que en un futuro serán aceptadas
como parte de la realidad social y vistas como si llevasen siglos impuestas. De
esta manera, la realidad se convierte en una construcción social, siendo fruto
de las modificaciones de la sociedad.
De esta
manera, debemos de preguntarnos: ¿dónde reside el significado de los conceptos
sociales, en el mundo, en la cabeza del que le da significado o en la
negociación interpersonal? Debido a los aspectos mencionados anteriormente, el
significado es aquello sobre lo cual podemos ponernos de acuerdo o, por lo
menos, aceptar como base para llegar a un acuerdo. Es por ello, que la realidad
no reside en la cosa, ni en la cabeza, sino en el acto de discutir y negociar
sobre el significado de los diferentes aspectos, ya que el lenguaje impone una
perspectiva en la cual se ven las cosas y una actitud hacia lo que miramos.
Esto quiere decir que, el mensaje puede crear la realidad que el propio mensaje
encarna y predisponer a aquellos quienes oyen a pensar de un modo particular
con respecto a él.
Para
entender esta última parte, hay un vídeo, el cual se nos fue expuesto en clase,
en el que se puede ver cómo un profesor juega con la mente de sus alumnos
mediante los diferentes mensajes que les lanza, construyendo una realidad falsa intencionadamente para ver su reacción.
Referencia bibliográfica de los libros que han sido consultados para esta entrada:
- Berger, P.L., y Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad.
- Bruner, J. (2004). Realidad mental y mundos posibles. El lenguaje de la educación, 49 (4), 835-853.
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